martes, 4 de junio de 2013

El pasado sólo es uno


Confieso que tengo miedo. El año pasado, en estas mismas fechas, ya era un hecho que Emery no continuaría en el banquillo ché. No era nada nuevo, tras tres años de decepciones constantes y con la sensación de que eramos un pez de acuario disfrazado de pez gordo, era cuestión de tiempo que el vasco tomará un nuevo rumbo y la exigente banqueta de Mestalla tuviera nuevo inquilino.
Se barajaron mil nombres, mil maneras distintas de entrenar junto con mil trayectorias, pero, sorpresa. Se acabó fichando a un hombre de la casa, un apuesta personal de Manuel Llorente que ponía las manos en el fuego por Mauricio Pellegrino. El Flaco, era un entrenador sin contrastar, cuyo mayor éxito en el plano deportivo como técnico era haber sido el segundo de uno de nuestros grandes héroes, Rafa Benítez. La sombra alargada de Rafa y el buen recuerdo de Mauricio como central en el equipo, levantaron la ilusión de una afición que veía la incorporación con buenos ojos. Solo algunas palabras críticas avisaban de que la falta de experiencia podría convertirse en error, y cruzaban los dedos para que sus peores augurios no se cumplieran. Pero como todo lo que puede pasar, acaba pasando, se cumplieron. Cinco goles de una sorprendente R.Sociedad hacían estallar los pañuelos y la paciencia en Mestalla, y acabarón con la participación de un desafortunado técnico argentino que se iría camino de su tierra buscando la gloria en otro lugar que no fuera Valencia.
Hoy, justo un año después, otro mítico defensa, ha firmado un contrato para las próximas dos temporadas como técnico del VCF. No es otro que Miroslav Djukic. Ese central elegante, práctico, que vino a la capital del Turia superando la treintena y que llegó a alzar la Copa del Rey y la Liga. Su frialdad y capacidad de liderazgo se imponían en una defensa que se aupó como una de las más duras de la Liga Española.
Este es el perfil del nuevo entrenador del VCF, una de las cabezas visibles del proyecto de Amadeo Salvo, el sucesor del ya, hoy, ex-dirigente del equipo, Manuel Llorente.
Su paso por la selección serbia, el Hércules y sus brillantes campañas al frente del Real Valladolid le otorgan esa experiencia que Mauricio no tenía, esa carrera fulgurante que el argentino no poseía. Su carácter exigente y frialdad ya han sido ampliamente demostrados y contrastados, y la apuesta por él, lejos de ser arriesgada, parece, a priori, una apuesta segura, decisión del nuevo presidente.

Puede que mi miedo solo tenga su fundación en lo paralelo de las dos contrataciones. en el hecho de ser dos ex-jugadores del club, dos defensas históricos que llegan al equipo para darle ese nuevo aire, esa imagen nueva que, por otra parte, Valverde casi consigue, y que empañó con explicaciones absurdas y anodinas que intentaban sin conseguirlo justificar su "huída" del club que rescató. Quizá ese miedo no sea por la comparación entre entrenadores, quizá Pellegrino fue una apuesta de un presidente nefasto que con una gestión más que discutible no ha conseguido encender ni una chispa de ilusión en el aficionado, y Djukic, sea el "all-in" de Amadeo Salvo, un hombre que llega al frente del VCF con un proyecto serio e innovador, con planes de futuro y que no se basa en palabras bonitas. Quizá mi verdadero miedo sea, que Amadeo Salvo se parezca en algo a Manolo Llorente, y no tanto, que Pellegrino se parezca a Djukic.

1 comentario:

  1. De acuerdo contigo en lo de "Confieso que tengo algo de miedo". Creo que con este hombre siempre voy a tener la sensación de que al final vamos a fallar el penalti.

    Me hubiera quedado con Valverde. Me encanta como entrenador pero creo que parte de las explicaciones que dio tenían mucho de razón. El Valencia lleva un tiempo que ofrece poca confianza en cuanto a estabilidad institucional. Si como entrenador te planteas un proyecto sólido ahora mismo el Valencia no es el mejor equipo. Por eso sí que le doy mucho mérito a los jugadores y a Unai Emery que, independientemente de que nos pusiera de los nervios con cambios inexplicables y demás, mantuvo el equipo a un nivel en una situación en la que otros se hubieran hundido.

    En fin... ya veremos...

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