sábado, 22 de diciembre de 2012

FlashBack

A Llorente ya no le quedaban dioses a los que encomendarse, cuando el paraguayo Nelson Valdez empujó el balón hacía el fondo de la red y hacía el cuarto de la noche, un gol que servía para dar por terminado un partido vibrante en el que los ataques fueron el elemento predominante, y y donde las defensas empeoraron mucho su imagen. Se cumplió la teoría de la manta, se taparon la cabeza, y dejaron al descubierto sus pies, y con ellos, a su portero. Moyá y Alves tuvieron que emplearse a fondo para evitar un resultado más abultado. Al final, 4-2 para el VCF, un pequeño bálsamo para Mestalla que ayer necesitaba con urgencia los tres puntos.
Llegaba el Getafe a las orillas del Turia con la esperanza de pescar algo positivo en las aguas revueltas del valencianismo. Por su parte, el VCF buscaba reconciliarse con la afición tras el lamentable espectáculo de la semana anterior. Con Albelda y Tino en el centro del campo, y Joao que volvía a la titularidad tras su lesión, el equipo salió al campo a buscarle las cosquillas al equipo azulón.
 Y poco tardo en llegar el primer gol, algo más de treinta segundos fue lo que necesitó Soldado para cazar el centro de Feghouli con la cabeza y conseguir el segundo tanto más rapido en la historia del equipo en Mestalla. Las cosa empezaba bien, pero nadie esperaba que en el min 7. un balón largo de la defensa valencianista se convirtiera en un pase teledirigido hacia el propio Soldado que dejó un balón muerto a Jonas para que hiciera el segundo gol del partido. Minuto 7' de partido y el marcador ya reflejaba un esperanzador 2-0. Todo era malo para un Getafe, que no les bastó ir perdiendo con dos goles tempraneros para darse por vencidos, cinco minutos después del gancho a la mandíbula que supuso el 2-0, Álvaro leía bien a sus compañeros y se anticipaba a toda la zaga ché desmarcándose y quedándose solo ante un Diego Alves que se equivocó en su salida, y que vió como el disparo raso del delantero azulón se adentraba lento pero seguro en su porteria. Los murmullos volvían a sonar como banda sonora en Mestalla y reflejaban con fidelidad la incertidumbre que sentían todos los aficionados del VCF contemplando la poca solidez atrás del equipo. La banda sonora subió de decibelios y incluyó algún silbido de más, cuando el equipo azulón antes de la media hora de partido tuvo dos ocasiones más del gol, que la fortuna y el portero brasileño desbarataron. Pero el equipo ché seguía desconocido en ataque, creando ocasiones como no lo había hecho en toda la temporada, Guardado, de nuevo como lateral, fué un puñal que no dejaba de perforar la banda derecha hiriendo de gravedad a un Getafe que no podía parar durante más tiempo la sangría. Y fue en un córner provocado por el mexicano, donde R.Costa reconvertido en uno de los líderes del equipo, cabeceó un balón que fue directo hacía la portería, ampliando de nuevo el margen a dos goles. Así se dió por finalizada la primera parte, con un VCF dominando en ataque y buscando el cuarto tanto que sentenciaría el partido.
Dio comienzo la segunda parte con más tranquilidad, con un juego que con el paso de sus minutos iba menguando en intensidad debido al esfuerzo de la primera parte, y con alternativas para ambos equipos, hasta que apareció la cabeza del ex-valencianista Alexis para sembrar el pánico en Mestalla. Los mayas no habían acertado con lo del fin del mundo, pero otro gol del Getafe podría suponer el fin de la era de Manuel Llorente al frente del VCF. El miedo dominaba la grada y recordaba a temporadas anteriores, casi me parecía ver a Emery gesticulando exageradamente en su banquillo, dando indicaciones atropelladas para que el árbitro pitara el final del partido sin haber encajado el gol del empate. Pero apareció Don Nelson Valdez, para hacer el cuarto tanto después de una jugada comenzada por una magnífica recuperación de Albelda, que volvió a tener un papel fundamental en el encuentro, y que calmó a un Mestalla que veía como los tres puntos volvían a quedarse en casa.

Final del partido y victoria sufrida, otra cara nueva del equipo dirigido por Valverde, es necesario encontrar el equilibrio entre defensa y ataque, sin ese equilibrio nos llevaremos más disgustos que alegrías. Ahora hay que buscar algún refuerzo en el mercado de invierno, interiorizar los conceptos defensivos y volver a ganar solidez detrás.
El año que viene más y mejor, seguiremos contando todo lo sucedido en los partidos con la ilusión del primer día, para seguir vibrando con todos y cada uno de los goles de nuestro VCF, confíemos en la remontada, que crezca la ilusión en Champions, y sobretodo, disfrutar de todos vuestros seres queridos en estas fechas. Feliz Navidad y Año Nuevo 2013. Un abrazo a todos, y Amunt!

lunes, 17 de diciembre de 2012

Luces de Bohemia

Durante toda esta semana, me propuse ver los partidos del VCF intentando dejar atrás el fugaz paso de Pellegrino por el banquillo, y procurando olvidar el mal juego y los despropósitos anteriores, prometiéndome a mi mismo no ser excesivamente crítico con un equipo que tenía todo por demostrar.
Y rompí mi promesa. El partido de ayer puso a prueba la capacidad comunicativa de cualquier cronista, dejando un encuentro plagado de interrupciones, donde la nada era el dato más interesante. Ante un panorama tan desolador, el aficionado de Mestalla se debatía a si mismo entre el aplauso, el pito y el bostezo, intentando decantarse por elogiar la actitud defensiva, criticar duramente la falta de ideas en ataque o, por último, dormirse ante el pésimo espectáculo que dieron los jugadores ayer en el terreno de juego, un partido por el que desde luego no valía la pena pagar una entrada.
Y como he dicho, al final de la primera parte mantenía mi promesa de no juzgar duramente a un equipo, que debía volver a formarse con un nuevo entrenador, y al que por tanto le daba un margen de error, que por otra parte no se podían permitir si de verdad aspiran a terminar en puestos de Champions League. Seguía viendo "brotes verdes" en este VCF de Valverde, continuaba observando una palpable mejoría defensiva, con una mejor actitud de presión al rival en el centro del campo que permitía al equipo robar más balones, pero todas esas buenas intenciones se deshacían cuando el balón pasaba el círculo central en nuestro poder. La ausencia de imaginación reinó ayer en Mestalla, dejando cantidad de envíos sin destinatario de un Banega negro, que de nuevo mostró su irregularidad en el terreno de juego, con un Tino totalmente desaparecido, llegando tarde a gran parte de los cruces y siendo incapaz de crear juego. A las bandas les faltó chispa y balones de ese centro del campo. Mención especial merece Jonas, capaz de pasar inadvertido durante todo el choque habiendo sido titular durante casi todo el partido hasta en dos posiciones distintas, hasta que fue sustituido por Juan Bernat. Y por último Soldado, desquiciado ante la falta de balones y ocasiones, pero en mi opinión, objeto claro de un penalti que el árbitro no señalo.
Entre bostezos llegábamos a los minutos finales de partido, donde el Tino hizo bueno el trabajo defensivo del Rayo durante todo el partido, cometiendo un inocente penalti sobre Trashorras. Ironías de las vida, que esa pena máxima la transformará el Chori Domiguez, ese jugador que volvía a Mestalla tras haber pasado aquí un par de años sabáticos sin hacerle caso al balón. Y no falló, engaño a Diego Alves y puso el 0-1 en el marcador a falta de solo 5 minutos. Poco tiempo de reacción para un equipo que no había tirado entre los tres palos en los 85 minutos anteriores.
Final del partido y el "Llorente vete ya" volvía a resonar por segundo partido consecutivo en el feudo valencianista.
El cojín de mi casa salió disparado hacia la pared de mi habitación, dando un fiel reflejo de la rabia contenida producida por el vano intento de mantenerme una promesa. Valle-Inclán no hubiera escrito mejor esperpento que el vivido ayer en Mestalla, deformando una realidad que cada vez aparece más oscura.
Siendo sincero, y como reflexión final a lo vivido ayer, creo que el VCF está inmerso en una crisis profunda de identidad. Al borde del precipicio entre equipo grande y equipo sin más. El problema viene cuando no tomas una decisión al respecto y terminas cayendo entre medias de las dos posibilidades. Y como toda crisis, creo que hace falta un revolución. Una revolución que devuelva al equipo al sitio que merece históricamente, y eso pasa únicamente por que los jugadores de club sientan esa camiseta que llevan encima de los hombros como una responsabilidad ante toda una afición. Lo ideal no sería una responsabilidad, sino un sentimiento mutuo de equipo, pero hasta un sentimentalista como yo es consciente del grado de dificultad de tal hazaña. De alguna forma que desconozco se consiguió con el equipo del doblete comandado por Albelda y Baraja, se logró con Mendieta llegando a dos finales de Champions y ganando la Copa del Rey. Un factor común reina en estos dos equipos, el liderazgo. Un lider,gente comprometida con la causa, y que no vea al VCF como un trampolín, como desgraciadamente Llorente lo ha convertido en los últimos años, pienso que serían la mejor solución. Hasta que esa revolución no se produzca, me temo que las Luces de Bohemia seguirán encendiéndose cada fin de semana en Mestalla, anunciándonos el comienzo de un nuevo esperpento. Amunt!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Déjà Vu

Tercera victoria consecutiva fuera de casa. Tercer partido seguido sin encajar ni un solo gol. Sin un juego excesivamente brillante, los de Valverde consiguieron un resultado que deja encarrilada la eliminatoria de cara al pase a los cuartos de final. Defensa, entrega y seriedad son las armas de este VCF que debe seguir demostrando en las próximas semanas, que lo visto en el Reyno de Navarra no ha sido un mera casualidad.
Esto ya lo he vivido. Eso debieron pensar los miles de aficionados osasunistas que se acercaron al estadio para ver a su equipo. Otra vez la misma historia, de nuevo un partido trabado, sin ocasiones de gol, sin un ritmo excesivo y con un VCF que mantenía el control del balón impidiendo a Osasuna disfrutar de ocasiones claras de gol.
Osasuna salió dispuesto a conseguir el gol en lo primeros minutos de juego, idea que se tradujo en tres saques de esquina en los primeros cinco minutos que metieron al equipo valencianista en su área. Pero poco duró el dominio osasunista. El partido se convirtió en una dura batalla en el centro del campo comandado por David Albelda y Éver Banega de principlaes actores. Con el capitán cortando juego y defendiendo como antaño y con un  Banega algo apagado que solo dejo un destello de calidad en forma de pase pase al hueco a un Jonas, que no fue capaz de meter el balón dentro de las mallas ante un gran Andrés Fernandez.
Así transcurrió toda la primera parte, un partido bronco y copero que el VCF estaba ganando por fuerza, a un equipo navarro que veía como era incapaz, de nuevo, de traspasar la densa zaga valencianista.
Así se llego al descanso, con la sensación de estar viendo un partido algo aburrido en el que abundaba la fuerza física, pero en el que faltaba la chispa del fútbol, los goles.
Y poco tardó en encontrarla el VCF, dos minutos después de la reanudación, Dani Parejo, enganchaba de forma excepcional un tiro de falta desde la frontal del área, que se colaba en el fondo de la red ante la atenta mirada del portero osasunista, que no pudo hacer más que contemplar como el misil del madrileño traspasaba su portería. Volvía a repetirse el guión del fin de semana pasado, otro 0-1 fuera de casa, el tercero consecutivo, recordando tiempos mejores. Pero aún no acababa el partido, y Banega hizo acto de presencia. El argentino hizo gala de la calidad que tiene con el balón en los pies y dio un recital de como controlar el juego, de como llevar el compás del partido a ritmo de tango, y mantener el balón fuera de los pies rojillos a base de esfuerzo.
No podía terminar el partido sin la reacción de Osasuna, que si el fin de semana pasado vino en forma de disparo desde fuera del área de Lamah, esta vez vino disfrazada de tromba atacante que de no ser por Diego Alves hubiera acabado por resultar en un empate. Un empate que se torna casi imposible después de un chut de Juan Bernat, que después de ser repelido por el guardameta, dejó un balón muerto que cayó, como si de un Déjà Vu se tratará, a los pies de Roberto Soldado, nuestro killer, que finiquitó a un Osasuna moribundo en la eliminatoria.

En definitiva, el VCF deja la eliminatoria casi sentenciada a favor y mantiene la línea recta de las últimas dos visitas. Los jugadores deben darse cuenta de que este es el camino a seguir, de que hay que continuar jugando partidos serios y efectivos, defensas férreas y difíciles de traspasar y ataques efectivos que metan las oportunidades que se les presenten. Con estas señas de identidad se ha presentado Valverde, y con estas señas yo me siento identificado como aficionado, quiero seguir viendo a mi equipo dar la cara en el campo. No quiero más humillaciones, quiero enterrar los 9 goles en contra de la semana pasada y confiar en mi club. Amunt València.

Resumen del partido

domingo, 9 de diciembre de 2012

Sin tonterías

No hubieron regates en el área, juego lento y sin sentido, no hubo titubeos en defensa, tampoco juego bonito, pero si juego efectivo. Ese es el equipo que todos queríamos ver ayer en Pamplona. Un bloque compacto, sin fisuras y que no se vio intimidado por el equipo rojillo. Sin prodigarse en ataque, el equipo ché consiguió un gol que valía su peso en oro para adelantarse en el marcador, y que le bastó para llevarse un partido que llena de optimismo la entrada al banquillo de Ernesto Valverde.

En pleno incedio llegaba el VCF al Reyno de Navarra, con diversos focos sin controlar y con la necesidad de una victoria inédita fuera de casa para calmar las llamas.
Empezó el partido y el balón tenía color valenciano, una posesión que sin ser sinónimo de peligro mantenía al equipo de Mendilíbar dormido y sin ideas. Partido algo trabado, lento, recordándome al del miércoles en Lille, hasta el minuto 20' hubo que esperar para encontrarse con el primer disparo a puerta del partido, que salió de las piernas de Lamah hacía el costado izquierdo de la portería de Alves sin mayor peligro.
Fue en los ultimos 10 minutos del partido cuando el equipo dirigido por el "txingurri" empezó a convertir su posesión en peligro, la banda derecha de Feghouli y Barragán se estaba convirtiendo en una autopista por la que los valencianistas hacían y deshacían a su antojo, creando peligro una y otra vez con centros que no terminaban de llegar a su destino. La primera parte terminó de esta manera, con Osasuna metido en su campo intentando aguantar las pequeñas acometidas del VCF.
El partido se reanudó y apunto estuvieron los navarros de subir un gol al marcador si no hubiera sido por la aparición angelical del mexicano Guardado, que sacó el balón de la misma línea de gol después del remate de cabeza de Arribas en un servicio de esquina. Poco tardarían los valencianos en responderles, Roberto Soldado se plantó delante del portero rojillo en mano a mano que el guardameta resolvió con acierto enviando el esférico a córner.
Pero el de Gandía quería venganza, y después de un precioso pase entre líneas de Banega al duende Piatti, este puso un centro envenenado al área que acabo repeliendo el poste de la portería, poniendo el balón en los pies del ariete valenciano, que no dudo en empalmar el balón para meterlo en el fondo de la portería. Octavo gol de Soldado en la Liga BBVA.
El Osasuna tenía la obligación de irse hacía arriba y buscar un gol que ampliara su racha de cinco partidos sin perder en Liga. Valverde estuvo atento y metío al canario Viera en sustitución de Piatti para buscar el contragolpe y el ataque más directo. Y de hecho, así fue, el bloque defensivo valencianista seguía demostrando a su técnico que es fiable y que sabe rendir al nivel que este club le exige, y las contras se sucedían con cierto peligro sobre la meta de Andres Fernández que veía como los delanteros se plantaban delante de él con facilidad.
Pero si algo tiene el Reyno de Navarra, es que es muy dificil de conquistar, el espíritu de lucha de los rojillos se vió plasmado en un chut de Lamah desde la frontal del área, que obligó a Diego Alves a volar por el cielo navarro y enviar a saque de esquina un balón que llevaba la intención de colarse por la escuadra.
También salió Gago sustituyendo a Banega, polémico en esta última semana, y que no tuvo nada de fortuna. Cinco minutos tardó en tener un problema muscular que le obligó a abandonar el terreno de juego, entrando Parejo a sustituirle. Así terminó el encuentro, con un Osasuna sin ideas para traspasar el muro ché, que repelía cada jugada rojilla en forma de contraataque.

Ayer no lució un juego preciosista, tampoco se reflejaron pases invisibles o regates imposibles con los que dejar boquiabiertos a los aficionados. Pero el equipo fue efectivo, aprovecho las oportunidades que se le presentaban y a base de lucha y sacrificio recuperaron una cantidad enorme de balones, impidiendo al equipo navarro llegar con peligro al área. Sin lanzar campanas al vuelo, el equipo de anoche me gustó, es el VCF que yo quiero, ese que pedía con tantas ganas ayer, y ese que de verdad me ilusiona y me hace creer que esta temporada acabará bien para todos. Un Valencia Club de Fútbol sin tonterías. Amunt València!

Resumen del partido

sábado, 8 de diciembre de 2012

Con la ilusión no se juega


A romper. Con esa idea pone sus pies, hoy por primera vez como técnico del VCF, Ernesto Valverde, con la idea de romper todo lo negativo que envuelve al equipo las dos últimas semanas.
El equipo ché llega plagado de ausencias en la defensa, Cisshoko es baja de última hora y Victor Ruiz sufre una microrotura en el ligamento que lo dejará varios jornadas fuera del terreno de juego, y a las que también se suma con molestias Joao Pereira.  Sin laterales izquierdos a la vista, Gayá entra en la lista del "txingurri" con la idea de reivindicar una cantera en rebelión con el anterior técnico. Por tanto, a priori la defensa estará formada por Barragán y Gayá en las bandas, y R.Costa y Rami como pareja de centrales. Jonas tampoco entra en la convocatoria por sanción, recordemos la chiquillada que le costa la más que merecida cartulina roja en el encuentro del pasado sábado.
Por su parte, el Osasuna, llega con las bajas de Masoud, Nino, Sisi y Kike Sola, que merman la alineación de los rojillos, que llegan al partido con la necesidad de una victoria en casa, algo que no encuentran a menudo esta temporada, y que los saque de las llamas que desprenden los puestos de descenso a los que tanto se acercan.
Una victoria fuera de casa hoy, es imprescindible para mejorar el ambiente pesimista que inunda el club, una inyección de moral y confianza para que el equipo vuelva a salir al campo con la garra necesaria para ganar el partido y meterle el miedo en el cuerpo al rival. Eso es lo que esperamos ver esta noche. No queremos futbol fantasía, sabemos que eso ahora mismo es imposible, queremos ver una defensa contundente, un medio del campo peleón que se deje la piel en el campo luchando cada balón y un ataque potente, que presione arriba y meta ganas al encuentro. La afición está cansada de medias tintas, de toquecitos que no van a ningun lado, de la falta de carácter, de una defensa tierna que aparta la pierna y deja pasar a cualquiera. Quizá, esta sea la opinión menos profesional de todas las que he realizado en este blog, pero los nervios se me ponen a flor de piel cada vez que veo a Rami regatear en el centro de la zaga, a Banega pivotar sin sentido con el balón en los pies, o a Jonas paseas por el campo. El técnico no puede admitir más estas actitudes y debe de hacer un equipo con alma. Con el alma que necesitan para devolvernos esa chispa de ilusión que este año nos han robado a fuerza de apatía.
Por eso esta noche puede ser un punto de inflexión, puede representar un cambio de actitud generalizado con las ganas de hacerlo bien y agradar a una afición que lo merece todo. O por el contrario, podemos ver un partido calcado a los de Mauricio Pellegrino, un equipo sin ideas, sin juego, sin valores, sin nada.
Esra noche a las 22:00 se juega mucho más que la jornada 15 de la Liga BBVA, esta noche está en juego la ilusión de toda una afición. Amunt València.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Soñar despiertos

Con la única presión de pasar el examen ante Valverde, llegaban los jugadores valencianistas al estadio Metropole de Lille. La derrota del FC Bayern ante el Bate Borisov en territorio alemán se antojaba casi imposible para lograr el primer puesto del grupo.
Con una alineación casi sin cambios respecto al anterior técnico, el "txingurri" planteó un centro del campo poco creativo con Albelda, que desde aquí aprovecho para felicitar por haber logrado el centenar de partidos en Europa, y el Tino Costa. Con la defensa habitual formada por Rami y Victor Ruiz supliendo a un R.Costa situado en la derecha por la ausencia de Barragán por sanción y de Joao Pereira por lesión. Cishoko completaba una zaga mirada con lupa por el nuevo técnico, identificada como uno de los grandes errores de este equipo. Feghouli y Guardado completaban las alas de un murciélago, que con Jonas de enganche y Valdez de cabeza visible, nunca llegó a despegar del estadio francés.
Aburrido, monótono, lento, pesado, tedioso, soporífero, y una larga rista más de adjetivos que podrían describir el partido de anoche como algo que se antojaba interminable. Dos tiros a puerta realizó el VCF ante los tres palos, el penalti transformado por Jonas que supuso el 0-1, y otro chut del mismo jugador brasileño al comienzo de la segunda parte. En esto se puede resumir un encuentro que no tuvo de nada, en el que el Lille salío a verlas venir, con la actitud de un equipo que se sabe inferior al rival, pero que por el contrario, no tiene nada que perder, y que podría intentar sorprender a un equipo relativamente importante en Europa, para acabar su andadura continental con un sabor algo más dulce.
La primera parte destacó por el intento del conjunto francés de intentar hacerse con el control del partido, aunque pronto cejó en su intento y dejó el esférico a un equipo ché sin ideas que parecía que no había cambiado aún de entrenador. Una jugada aislada de calidad de Jonas provoco el penalti que el mismo transformaría y subía un gol al marcador que ni los propios jugadores creía, sabiendo que su juego no era meritorio para estar por delante en el encuentro.
La segunda parte fue exactamente igual, sin ritmo, con faltas continuas, sin jugadas de ataque, nada. Solo Guaita al final del partido, cazó el poquito orgullo que el Lille sacó en los últimos minutos de competición, en forma de dos paradas magistrales que rompían el sueño francés de sacar un resultado positivo en su campo. Así se llegó al final del partido, con una victoria con sabor a nada, sin cambio alguno respecto a anteriores partidos, y con una actitud inadmisible para el partido del sábado en Pamplona.
Lo único positivo del partido es el millón de euros que el VCF ingresa gracias a esa victoria, una cantidad nada despreciable vista la actual situación económica del club.
United, PSG, Schalke 04, Juventus y Borussia Dortmund son los posibles rivales en octavos de Champions. No voy a entrar dentro de la dificultad de cada uno, ni de las posibilidades que tenemos de pasar a cuartos. Lo único que tengo claro es que a partir de ahora empieza el sueño europeo. Esa emoción de volver a ver a mi equipo en una final continental, esos pelos de punta cada vez que suena el himno de la Champions, esos gritos descontrolados con cualquier gol y esa ilusión de cuando era pequeñito de volver a pintarme la cara y con toda la inocencia del mundo ir a ver el partido del equipo de mi vida. No sería sincero si no dijera, que las lagrimas inundan en  estos momentos mis ojos recordando las dos finales perdidas cuando solo era un crio. Y a todos esos que piensan que vamos a perder a las primeras de cambio, soñar despiertos. Aislaros de este tedioso mundo de hormigón y realismo, de esta crisis económica que nos ahoga a todos y cada uno asfixiando nuestras vidas, y viajar a ese mundo de fantasía donde solo importa el partido que está en juego, y donde la única preocupación es la tensión de saber si esa jugada tan buena acabara en gol. Os invito a hacerlo, seguro que a más de uno le encanta la idea.

Amunt València!

domingo, 2 de diciembre de 2012

Arde Mestalla

"Que arda Troya", esa fue la frase que los griegos gritaron al traspasar los hasta entonces infranqueables muros de la ciudad. Una ciudad que ganaba todas y cada una de sus batallas en su territorio, con épicos guerreros que estaban dispuestos a luchar hasta la muerte para honrar a su pueblo, que hacían la barrera aún más grande e imposible de superar.
Es curioso como la Ilíada de Homero me recuerda tanto a la historia que vi con mis propios ojos ayer en Mestalla.
No podía haber empezado mejor el partido para el equipo ché, Bernat recogía un magnífico pase de Gago desde el centro del campo, para que el canterano dejara con un preciso centro raso el balón a Soldado, que tan solo tuvo que empujar el balón dentro de las mallas.
La Real Sociedad se presentaba como el equipo al que había que ganar para la reconciliación con Mestalla, y el gol tempranero hizo que los ánimos se calmasen un poco, que los jugadores se vieran ya con el triunfo de un partido que sólo acababa de empezar. Ese fue nuestro particular caballo de Troya, un exceso de confianza ante el enemigo, creer que algo está ganado cuando aún no ha terminado. La Real Sociedad empezó a crear juego, el centro del campo valencianista, formado por Gago-Banega era incapaz de hacer una sola jugada de peligro, se estaba repitiendo la imagen de la pasada semana en tierras malacitanas. Los txurriurdines llegaban con peligro al área contraria, se plantaron hasta dos veces a solas ante un Diego Alves que veía como su retaguardia no era capaz de anticiparse a la jugadas de peligro contrarias, que la gran mayoría de veces eran propiciadas por los errores del centro del campo. Los primeros pitidos en la grada aparecían. Se acercaba el final de la primera parte, y Jonas se autoexpulsó, y ya son muchas las acciones de este tipo en las que el VCF se queda con uno menos antes del pitido final. Desquiciado por la falta de juego y de oportunidades, es la única razón que se me pasa por la cabeza al ver el codazo que el jugador brasileño propinó al adversario en una jugada totalmente banal para el devenir del encuentro. Tres minutos después, Alves veía como De La Bella le rompía la cintura para poner el empate a uno al encuentro. Las puertas de Mestalla, ese fuerte inexpugnable para tropas alemanas y colchoneras, se abrían ante los ojos de los soldados vascos, que veían como su caballo de Troya empezaba a tener éxito. Y llegó el descanso, la calma, esa silencio tenso antes de las grandes tormentas, poca gente esperaba lo que estaba a punto de pasar sobre ese césped.
Dio comienzo la segunda parte y los guerreros troyanos, perdón, el VCF salió con algo más de ganas al terreno de juego, impetú que solo quedo reflejado los dos primeros minutos y a través de un inocente disparo de Roberto Soldado al lateral de la portería. La Real volvía a hacerse con el centro del campo ante un equipo ché totalmente inoperativo, que veía como sus jugadas se veían traducidas en pérdidas de balon y balones largos que no encontraban destinatario. Una jugada a balón parado rematada por Mikel en el min.56, y que significaba el 1-2 en el partido, fue la llama que daría comienzo al espectacular incendio de Mestalla. El equipo seguía sin reaccionar, y después de un conato de chut de Fernando Gago, el portero blanquiazul enviaba un balón largo a su delantero que con solo un toque dejó el balón en los pies de su compañero para que, volviendo a regatear a Diego Alves, culminará el contraataque con un gol que suponía el tercero de la noche y que propagaba las llamas por todo el estadio. La mitad de la afición enfilaba el camino de salida del estadio, mientras la otra mitad enarbolaba sus pañuelos blancos al aire, acompañados por ensordecedores pitos que inundaban Mestalla, al son del "Fuera, fuera, fuera" que otra parte de la afición gritaba. Mientras tanto, la Curva Nord, la grada de animación, se encaraba con todo el estadio recriminándoles su actitud, ganándose la pitada generalizada en señal de protesta. La tensión se podía cortar, pero el partido aún no había terminado. Los muros de Troya ya estaban derrocados, pero la batalla aún no había terminado, y menos aún, cuando nuestro ariete consiguió recortar distancias tras un pase de Feghouli al centro del área que de nuevo Soldado empujó a la red. La afición podía soñar con un final mejor, con la salida del arco iris después de la tromba de agua. Poco duró ese rayo de esperanza cuando en otra jugada esperpéntica, la Real pusó el dos a cuatro y chafó todo intento de épica valencianista. Los soldados griegos se paseaban por Troya arrasando y quemando todo lo que veían a su alrededor, fiel reflejo del fuego que todos y cada uno de los aficionados que aguantábamos el chaparrón en Mestalla llevábamos en ese momento en nuestro interior, y que nos mantenía de pie en nuestros asientos pidiendo la dimisión de Llorente, pidiendo implicación a los jugadores, pidiendo que el equipo se comportase a la altura de lo que significa ser el Valencia Club de Fútbol.
La Curva Nord acabó uniéndose al clamor popular, y reconciliándose con la afición, pidiendo a gritos a los jugadores el sentimiento que ellos ponían en la grada en cada partido. El quinto gol del equipo vasco llegó de penalti en el min 91' , y dio paso al final del partido, al final de la batalla perdida.
Una sonora pañolada acompañaba a los jugadores hacía a los vestuarios, y a la salida del terreno de juego, en los aledaños de Mestalla resonaban los cánticos de la afición, mostrando el disgusto que todos sentíamos, avergonzados del pésimo espectáculo que esa noche habíamos presenciado en el estadio. Las murallas de Troya no solo habían caído, si no que toda la ciudad estaba envuelta en las llamas de la derrota, y ya nada podía pararlo. Después del partido en Málaga, después de la convulsa situación económica que atraviesa el club y al puesta en duda de la gestión de Llorente al frente del club, después de la imagen que nuestro club estaba arrastrando por toda España, el fuego se reflejó en una bengala lanzada hacía la zona VIP del estadio de Mestalla por donde debían salir los jugadores. La Policía Nacional tuvo que intervenir para dispersar a los aficionados y terminar así con los disturbios de una noche negra para todo el valencianismo.
Y como en toda derrota, hay consecuencias, y esta vez se plasmaron en una reunión de urgencia entre LLorente y Braulio, que terminaron por determinar en rueda de prensa la destitución de Mauricio Pellegrino.
Se puede analizar de diversas formas, se puede interpretar, como el propio Flaco ha declarado, que es una decisión tomada en caliente, o que por el contrario es una decisión premeditada antes de la deblacle de anoche, pero lo que no se puede negar es que algo falla en este equipo. La falta de carácter, de ganas y de ambición fue lo que la gente pitaba en el campo. Los jugadores no pueden motivarse un partido si, y dos no. Puede ser su culpa, o de Pellegrino, pero algo había que hacer. Espero por el bien de todo el valencianismo que el sustituto del técnico argentino sea una persona con carácter y disciplina que sepa infundir al equipo su mano dura, que sepa enderezar a las supuestas estrellas de las que dispone nuestro club, y que sea capaz de hacer sacar a sus pupilos al césped a comérselo, pero todos y cada uno de los partidos.

Troya finalmente ha caído, pero todos sabemos que aquella batalla fue solo un mito en la imaginación de un gran escritor. Ahora toca enfrentarse a la cruda realidad y reaccionar ante una situación complicada mientras estemos a tiempo. Ahora más que nunca, Amunt València!