miércoles, 12 de diciembre de 2012

Déjà Vu

Tercera victoria consecutiva fuera de casa. Tercer partido seguido sin encajar ni un solo gol. Sin un juego excesivamente brillante, los de Valverde consiguieron un resultado que deja encarrilada la eliminatoria de cara al pase a los cuartos de final. Defensa, entrega y seriedad son las armas de este VCF que debe seguir demostrando en las próximas semanas, que lo visto en el Reyno de Navarra no ha sido un mera casualidad.
Esto ya lo he vivido. Eso debieron pensar los miles de aficionados osasunistas que se acercaron al estadio para ver a su equipo. Otra vez la misma historia, de nuevo un partido trabado, sin ocasiones de gol, sin un ritmo excesivo y con un VCF que mantenía el control del balón impidiendo a Osasuna disfrutar de ocasiones claras de gol.
Osasuna salió dispuesto a conseguir el gol en lo primeros minutos de juego, idea que se tradujo en tres saques de esquina en los primeros cinco minutos que metieron al equipo valencianista en su área. Pero poco duró el dominio osasunista. El partido se convirtió en una dura batalla en el centro del campo comandado por David Albelda y Éver Banega de principlaes actores. Con el capitán cortando juego y defendiendo como antaño y con un  Banega algo apagado que solo dejo un destello de calidad en forma de pase pase al hueco a un Jonas, que no fue capaz de meter el balón dentro de las mallas ante un gran Andrés Fernandez.
Así transcurrió toda la primera parte, un partido bronco y copero que el VCF estaba ganando por fuerza, a un equipo navarro que veía como era incapaz, de nuevo, de traspasar la densa zaga valencianista.
Así se llego al descanso, con la sensación de estar viendo un partido algo aburrido en el que abundaba la fuerza física, pero en el que faltaba la chispa del fútbol, los goles.
Y poco tardó en encontrarla el VCF, dos minutos después de la reanudación, Dani Parejo, enganchaba de forma excepcional un tiro de falta desde la frontal del área, que se colaba en el fondo de la red ante la atenta mirada del portero osasunista, que no pudo hacer más que contemplar como el misil del madrileño traspasaba su portería. Volvía a repetirse el guión del fin de semana pasado, otro 0-1 fuera de casa, el tercero consecutivo, recordando tiempos mejores. Pero aún no acababa el partido, y Banega hizo acto de presencia. El argentino hizo gala de la calidad que tiene con el balón en los pies y dio un recital de como controlar el juego, de como llevar el compás del partido a ritmo de tango, y mantener el balón fuera de los pies rojillos a base de esfuerzo.
No podía terminar el partido sin la reacción de Osasuna, que si el fin de semana pasado vino en forma de disparo desde fuera del área de Lamah, esta vez vino disfrazada de tromba atacante que de no ser por Diego Alves hubiera acabado por resultar en un empate. Un empate que se torna casi imposible después de un chut de Juan Bernat, que después de ser repelido por el guardameta, dejó un balón muerto que cayó, como si de un Déjà Vu se tratará, a los pies de Roberto Soldado, nuestro killer, que finiquitó a un Osasuna moribundo en la eliminatoria.

En definitiva, el VCF deja la eliminatoria casi sentenciada a favor y mantiene la línea recta de las últimas dos visitas. Los jugadores deben darse cuenta de que este es el camino a seguir, de que hay que continuar jugando partidos serios y efectivos, defensas férreas y difíciles de traspasar y ataques efectivos que metan las oportunidades que se les presenten. Con estas señas de identidad se ha presentado Valverde, y con estas señas yo me siento identificado como aficionado, quiero seguir viendo a mi equipo dar la cara en el campo. No quiero más humillaciones, quiero enterrar los 9 goles en contra de la semana pasada y confiar en mi club. Amunt València.

Resumen del partido

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