domingo, 11 de agosto de 2013

El supermercado del delantero


Imaginad una enorme cinta transportadora. Encima de dicha cinta, delanteros, muchos delanteros. Altos, bajos, rematadores natos, ratones de área, pillos, regateadores, de segunda línea, más jóvenes, más experimentados. Un surrealista supermercado del gol que Braulio mira atentamente en primera línea. El problema viene a la hora de escoger producto. Cada vez que nuestro entrañable gallego intenta dar un paso al frente para adquirir uno de los jugadores que le han gustado, los arietes le rechazan y le dan un golpe en la mano rechazando su propuesta. Que si Chicharito quiere jugar Champions League y no quiere saber nada de otras competiciones europeas, que si Fred cobra más de cinco millones netos de salario en Brasil, que si Demba Ba tiene una rodilla destrozada. Y cuando parece que uno de esos delanteros sí acepta lo que el secretario técnico le ofrece, aparece Amadeo Salvo por detrás para darle otro golpe y recordarle que el jugador que está a punto de fichar no es mediático, no vende camisetas ni abonos y no encaja en el nuevo proyecto de GloVal.
Y al final nos queda una estampa desoladora. Un Braulio Vázquez abatido y alicaído, sentado ante un escaparate enorme de jugadores que, o son inaccesibles, o tienen algún tipo de tara, o que directamente no cumplen los requisitos que la presidencia quiere para este nuevo Valencia. Si yo fuera el encargado de fichar al mencionado delantero, no tengo la menor duda de que la impotencia y las prisas empezarían a rondar mi cabeza.
Quedan apenas seis días para que el balón comience a rodar oficialmente, una semana para que se firme un cabeza de cartel, un punta que sea referencia en el nuevo proyecto, que meta veinte goles por temporada y que además, si puede ser, sea barato. Una tarea, que al menos a priori, el adjetivo de ardua le viene muy pequeña.
Pero después del partido de anoche, o de los enfrentamientos ante Inter y Everton, un servidor se empieza a preguntar si de verdad hace falta fichar a otro delantero. Nos olvidamos que de que Hélder Postiga ha aterrizado en Valencia hace menos de 48 horas, que en ese lapso de tiempo ha hecho su primer gol con la camiseta valencianista, y que en su mismo puesto puede jugar Jonas y Alcácer. Nos olvidamos de que tenemos una segunda línea espectacular, sin duda de las mejores de Europa cuando está en forma, y que seguirá filtrando balones imposibles juegue quién juegue en la punta. Las prisas en el mercado de fichajes no traen más que problemas, y  la secretaría técnica ya tiene malos precedentes con Cisshoko o V.Ruíz; yo no sé vosotros, pero yo no quiero a un Barragán comandando la punta de ataque ché. Y sobre todo, quizá nos volvemos a olvidar de que el Valencia son once jugadores, y que el bloque de esos once jugadores está por encima de cualquier estrella que pueda venir caída del cielo.
Braulio, no te desesperes, no te lances a por las ofertas, sigue el criterio que Djukic y Salvo te marcan, y si no se puede comprar algo decente, mejor guárdate la cartera y pon a buen recaudo el dinero, por el bien de la grada, y de tu puesto.

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