martes, 9 de julio de 2013

Un dulce demasiado amargo


El camarero le traía el postre a Braulio. Un flan bañado en nata con espejo de caramelo. Toda una delicatessen propia de la compañía que le rodeaba en la mesa, nada más y nada menos que el presidente Amadeo Salvo, Djukic y Rufete como técnicos del primer equipo y del filial y Luis Cervera ejerciendo de director general. Todo andaba sobre ruedas hasta que el móvil del gallego vibró en su bolsillo. Con un gesto delicado, y una sonrisa en su rostro sacó su smartphone, y contempló el mensaje que le había llegado. La sonrisa se tornó seriedad y su confiado rostro pasó a la historia. "David Villa al Atlético de Madrid por 5M".
"Y Piatti me costó 6"
debió pensar nuestro secretario técnico viendo la que le venía encima. Y no era para menos, el ídolo de toda una afición, esa esperanza recóndita que sobrevolaba Valencia de volver a ver al "Guaje" pisando el césped de Mestalla con un murciélago adornando su pecho se desvanecía en apenas cinco minutos. El sudor hacía acto de presencia en sus manos y la tranquilidad de hacía cinco minutos había decidido coger la puerta y irse para siempre. El flan ya no era tan apetecible y el cuello de la camisa apretaba más de lo normal.
Poco tardó la noticia en explotar en las redes sociales. La avalancha de decepción y crítica desmedida fue brutal, no hubo espacio para la reflexión o el análisis de los detalles de una operación que a priori era toda una ganga para los colchoneros. "Sólo 5 millones de euros y encima a pagar a tres años, menuda estafa le han pegado al Barça, y el inútil de Braulio no ha sido capaz de traerlo a Valencia". Esa era, a grandes rasgos, la idea general que inundaba Internet de las cinco a las seis de la tarde de ayer, cuando se hizó pública la operación. Una operación sorpresa, toda una bomba de relojería que había detonado sin aviso previo, y cuya onda expansiva había alcanzado de pleno la maltrecha ilusión de la afición.
"Y 8 millones de euros me gasté en Victor Ruiz, de esta no salgo"
Pero toda ganga tiene su trampa. No dejaban de aparecer datos sobre la operación, y cada cuál dejaba en peor lugar al encargado en Valencia de formar una plantilla competitiva para el año que viene. Sólo faltaba desvelar a cuánto ascendería la ficha del asturiano a orillas del Manzanares. Y aquí viene la trampa, mantendría su actual salario, es decir, 10 millones brutos de ficha, una barbaridad inasumible para el 90% de los equipos de primera división. Imaginad, que en el VCF, el tope salarial lo encabeza Soldado con 1,8M. Una desfachatez de dinero a la altura de los clubes más ricos del mundo, dónde parecía que el Atlético había entrado, aunque todo sea dicho, a costa de la venta de Falcao.
"Y otros seis que pagué por Cissokho"
El cuello de Braulio debe seguir en su lugar, el fichaje de Villa, pese a que nos duela, es totalmente imposible hoy en día para el VCF. Cuánto antes asumamos que el club no tiene dinero en sus arcas, antes comprenderemos que retornar nuestras glorias pasadas no es el camino, y que los verdaderos fichajes deben proceder de nuestra cantera. Debemos aprender a ilusionarnos con chavales como Paco Alcácer o Bernat, aprovechar nuestras fuerzas animando a nuestros jugadores en vez de derrocharlas criticando operaciones que no están a nuestro alcance. Está claro que necesitamos ídolos y referentes para el equipo, pero hay que tener paciencia, ya llegarán, de eso no me cabe la menos duda.
"Y también me traje a Barragán, que más da el precio, me lo traje"
Y por mucho que critiquemos la gestión de nuestro gran amigo, si no hay dinero, no se pueden hacer fichajes, y no hay más. El Guaje hubiera sido un postre igual de apetecible que el flan, pero no para un club con una diabetes económica galopante.
Así que Braulio, deja de culparte de la venta de Villa, por una vez, y sin que sirva de precedente, tú no tienes la culpa. Y a todos aquellos que piensen que esto no es cierto, siempre pueden volver a épocas en las que sólo faltaba un café para fichar a Cristiano Ronaldo.



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